Preguntaron al vellaco, quál fuera su antojo:
diz: «Díxom', que con su dedo m' quebrantaría el ojo,
d’esto ove grand pesar e tomé grand enojo,
et respondil' con saña, con ira e con cordojo


que yo le quebrantaría ante todas las gentes
con dos dedos los ojos, con el pulgar los dientes;
díxom’ luego após esto, que le parase mientes,
que m' daría grand palmada en los oídos retinientes.


Yo l’ respondí, que l’ daría a él una tal puñada,
que en tiempo de su vida nunca la vies vengada;
desque vio la pelea tenié mal aparejada,
»dexóse de amenazar do non gelo presçian nada".